La gestión desde la ética: una reflexión filosófica y antropológica en el siglo XXI

Resumen

Una buena educación y de calidad, en sus distintos niveles, requiere de una gestión que impulse a toda su comunidad educativa a involucrarse en su proyecto para formar personas que aporten al desarrollo de la sociedad, con humanismo, ética y moral. Esta educación debe dejar de lado el utilitarismo y dar prioridad a la misión, don de servicio de toda institución educativa. Ello permitirá el desarrollo integral de la persona. Para ello, es conveniente precisar antes qué se entiende y qué debe ser la gestión educativa.

La gestión educativa es un sistema de organización que surge por la necesidad de las personas a participar de forma conjunta para lograr un bien común. La gestión es interpretada, para muchos, en el simplismo de la eficiencia y eficacia de los recursos con los que cuente la institución educativa, perdiendo de vista la humanidad de quienes tienen a cargo esta función. Por eso es necesario que quienes asuman este cargo sean personas que, desde su solidez de formación humana y servicio al prójimo, hagan de esta labor un servir a los demás siendo agentes de cambio.

Este artículo pretende desde la reflexión teórica develar fundamentos epistemológicos y filosóficos de la naturaleza de la gestión de la educación y del gestor educativo, que transita desde una racionalidad pura, a una humana y trascendente, tratando de comprender dentro de la complejidad del ser, su espiritualidad y humanidad.

He aquí un gran reto para sensibilizar y proponer una gestión educativa diferente en pleno siglo XXI, gestión que comprenda que cada una de las personas en el sistema educativo, no pueden reducirse a meros números, ni datos. Debe comprenderse que son seres con sentimientos, emociones y necesidades, las cuales deben ser demandas asistidas en el proceso educativo, pero con dignidad, respeto y valores en todas sus dimensiones.