El emotivismo libertario y sus secuelas
La libertad, sin el referente de la condición humana, convierte los deseos en derechos
DOI:
https://doi.org/10.35626/sv.18.2014.43Palabras clave:
Emotivismo, liberalismo, universidad, derecho, Jean Jacques Rousseau, Thomas HobbesResumen
Este trabajo presenta una propuesta de comprensión de la crisis ética que anida detrás de una serie de reivindicaciones que parten de la libertad y buscan convertir ciertas apetencias en derechos. Existe un trasfondo antropológico que privilegia los deseos y niega la posibilidad de una naturaleza humana capaz de perfilar la andadura de las personas. Junto a los ya estudiados ídolos del poder, el dinero, la fama y el placer, nos parece que existe un nuevo ídolo, el emotivismo libertario. Este nuevo ídolo es el común denominador del actual divorcio unilateral, de los continuos intentos de despenalizar el aborto y de los proyectos alrededor de las uniones civiles. Se ha elegido una perspectiva filosófico-antropológica. De esta forma se ubica como el referente moderno por excelencia a Jean Jacques Rousseau y, aun cuando en el legalismo liberal el triunfo fue de Thomas Hobbes, en el vitalismo emotivista el gran triunfador póstumo es el primero: el buen salvaje redomado no soporta ni los límites de la ley ni los de la condición humana. Hecho el diagnóstico, la sugerencia es colocar, nuevamente, a la libertad en el conjunto de los radicales de la existencia humana. Una libertad que abrace la verdad del ser humano en toda su extensión y profundidad. La libertad huérfana de la verdad de la naturaleza humana no hace más que empobrecer la realidad humana.